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La pesadilla de Anahí, acosada por su ex
Una mujer debió abandonar su Mar del Plata natal porque una ex pareja (con quien solamente salió dos meses) la acosa permanentemente. El hostigamiento que vivió fue tal que al hombre le restringieron el acercamiento aunque ayer lo violó, razón por la cual fue detenido en las últimas horas. “Es una persona que infunde terror”, dijo Anahí Tanguikián (39), la víctima.
La historia tiene su comienzo en junio del 2013, cuando un sábado ella salió a bailar y se cruzó con Eduardo Horacio Rodríguez. Al principio lo vio atractivo, a tal punto que lo señaló como “un caballero”. “Era súper cariñoso hasta que me di cuenta de su doble personalidad”. Eso la llevó a que a mediados de agosto de ese año corte la relación que se había gestado dos meses atrás.
A partir de entonces no dejó de hostigarla un minuto. Pintadas, llamadas en horarios inusuales, persecuciones con su auto, insultos. “Una mañana -contó- vino hasta el sindicato de trabajadores universitarios, donde trabajo, y pintó la puerta”. La inscripción decía “sos una turra. Te gusta la p... cordobesa”, frase que hace alusión a un supuesto romance de la mujer con un médico oriundo de Córdoba. De todas maneras eso no fue todo, ya que dos personas de su entorno sufrieron incendios en las casas que habitaban.
Asimismo, además de la denuncia penal, la mujer decidió escracharlo en las redes sociales.
La mujer se mudó con sus dos hijos a una ciudad que prefiere no mencionar. “No quiero ser una más y en Mar del Plata me siento acorralada. Tengo miedo por mi familia. Además él tiene antecedentes penales por intento de homicidio a la pareja de su ex mujer”, detalló.
Pero ayer ella volvió a La Feliz a visitar a sus padres y se encontró con una sorpresa: Eduardo Horacio Rodríguez, quien es chofer de una empresa de media distancia, la estaba esperando en la terminal. “Para fortuna grité y unos policías que estaban ahí lograron detenerlo. Ahora, lo que deseo es que le den la condena que le corresponde a una persona que le perjudica la vida a otra. Aunque yo ya sé que nunca más voy a sentir la misma tranquilidad que antes de conocerlo a él”, dijo.
“Si no está encerrado va a seguir hostigándome. Preciso una custodia, un botón de pánico. Realmente tengo miedo. Llegué a dejar la vida en esta ciudad por miedo”, contó Anahí, que sabe que una mujer muere cada 32 horas. Y también sabe que ella no quiere ser parte de esa trágica lista.