Las escuchas a la banda del "Gordo Postre"

“Acá encontramos un par de euros y unos pesos largos... Encontramos el brillo, todo...”. Mientras la víctima paseaba su perro por las calles marplatenses, la banda que se hizo conocida por el apodo de su líder, “El Gordo Postre”, le desvalijaba la casa. Esa es una de las tantas escuchas que se difundieron sobre cómo operaba esta organización criminal a la que le adjudican al menos nueve entraderas entre Mar del Plata, Balcarce y Miramar, aunque especulan que en total fueron más de 15 los hechos. Y todo ocurría bajo el ala protectora de “Chicho”, el encargado de vigilar a la Policía.

La investigación comenzó en junio y en los últimos días fueron arrestados tres de los seis sospechosos que integran esta banda que se dedicaban a cometer “entraderas”, en su mayoría, en viviendas de jubilados y, en algunos casos, hasta llevaban medicamentos para envenenar y matar a los perros de sus víctimas, por eso también se los bautizó “Mataperros”. En otros casos, simulaban ser policías o empelados de correo para ganarse la confianza de los dueños de casa.

En todos los robos investigados por la Fiscalía N°13 de Mar del Plata, a cargo del fiscal Mariano Moyano, se constató que la banda realizaba tareas de inteligencia previa y que la pieza clave era “Chicho”.

Se llama Lucas Martín Arcenegui, tiene 25 años y fue detenido el sábado 5 de diciembre cuando caminaba por Av. Antártida Argentina al 3400 de Mar del Plata. Ese mismo día, y en el marco de ocho allanamientos ordenados por el fiscal, arrestaron Walter Alejandro Peluffo, alias “El Gordo Postre”. Y el 8 de diciembre agarraron al tercer sospechoso: Marco Antonio Alegría Romano, de 36 años, cayó cerca de la casa de unos familiares.

El padre de “Chicho” ya había sido detenido en un robo de la banda en Balcarce, cuando se hizo pasar por un empleado de Edea -la empresa proveedora de energía de la Costa Atlántica- para meterse en la casa de una anciana, mientras que su hermano, Damián Alejandro Arcenegui es uno de los tres prófugos que tiene la causa. Los otros son Luis Diego Alegría Romano (34) y Félix Enrique Sosa, alias “Quique” de 32 años, quien en uno de los robos, al ser sorprendido por la abuela dueña de casa, la tomó del cuello y la desmayó.

La banda actuaba con suma violencia contra los jubilados. El 19 de noviembre, robaron en una casa de Stróbel al 5800: adentro había un matrimonio de 79 y 74 años, a quienes redujeron a golpes. "Al anciano le pegaron de tal forma que perdió dos dientes", describieron.

Aunque no fueron tantos los casos donde se encontraron cara a cara con sus víctimas, ya que “Chicho” era quien cuidaba que no fueran descubiertos.

“Chicho” era el encargado de monitorear la frecuencia policial durante los robos. Los otros integrantes de la banda le avisaban cuándo y dónde iban a dar el golpe y, desde la comodidad de su casa, les informaba qué pasaba con la Policía, si algún vecino había llamado al 911 para denunciar movimientos extraños en la cuadra y si tenían vía libre para huir”, explicaron a Clarín fuentes del caso.

“Chicho” también era el encargado de chequear si había gente en las casas marcadas para asaltar. “Antes de ingresar a la vivienda, la banda le avisaba la dirección exacta y él se fijaba por internet si ese domicilio tenía teléfono fijo. Si era así, llamaba al número y de esa manera constataba si la casa estaba vacía o no”, informaron.

Es por esto, que el fiscal Moyano reveló que elevará a las nuevas autoridades de la cartera de Seguridad bonaerense un pedido para que encripten la frecuencia policial: “Estoy a cargo de la Fiscalía 13, que tiene competencia en robos a viviendas, desde mayo y desde entonces, al menos, desbaratamos cuatro bandas que usaban el handy de la Policía para cometer sus delitos”, informó a Clarín.

Y graficó con un ejemplo la necesidad de que se tome esa medida, considerada “fundamental”: “El 6 de noviembre, una señora denunció al 911 que había varios hombres en dos autos repartiéndose mercadería producto de un robo. Fue 'Chicho' el que les avisó a sus compañeros del llamado a la Policía y se fueron del lugar. Cuando llegó el patrullero no había rastros de ellos”.