La insólita situación de los dueños de una panadería en Hurlingham terminó con un final feliz: levantaron la perimetral y podrán volver a trabajar en el negocio familiar.
A pesar de contar con los permisos correspondientes, un abogado les pidió que se abstuvieran a "abrir cualquier tipo de comercio porque él iba a continuar con las acciones pertinentes” ya que consideraba "grasa" la presencia del establecimiento frente a su casa.
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El caso trascendió en redes sociales y medios de comunicación. De hecho, los vecinos apoyaron a la familia para que reactivaran la actividad y lograron decenas de firmas.
Ante esta revolución, la fiscalía decidió darle la razón a los propietarios de la panadería y levantaron la perimetral que había solicitado el abogado, único vecino en contra de las instalaciones. Ayer por la noche, Claudia y su hija volvieron a atender y los vecinos se solidarizaron al realizar diferentes compras.
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