Tanto es así, que un equipo de Criminalística de la Gendarmería Nacional se trasladó hasta la localidad de Potrero de los Funes, donde el hombre dijo haber sepultado el cadáver, pero sólo pudo acceder mediante las imágenes captadas por un dron.
Guadalupe Lucero está desaparecida desde el mencionado día, cuando salió a la calle a jugar con una amiga en el barrio puntano conocido como 544 Viviendas.
El autoincriminado dijo que el cuerpo estaba en un paraje de Potrero de Los Funes, pero los investigadores descreen de esa versión porque el lugar es virtualmente inaccesible para una persona común.
Desde el paraje más cercano al que se puede acceder con un vehículo hasta el señalado como supuesto sitio del enterramiento hay un trecho a pie de unas tres horas por un camino pedestre.
Las fuentes consultadas por NA explicaron que "es para una persona entrenada y con buen estado físico. Se trata de un sendero rocoso, montañoso, con subidas y bajadas. Sólo alguien con buen estado físico y entrenado podría llegar hasta allí".
Además, Guadalupe desapareció cuando estaba anocheciendo, de modo que, de acuerdo al relato del joven, debió haberla llevado a ese lugar de noche, lo cual, según los investigadores, "es imposible".
La fiscal local Virginia Palacios Gonella anunció el jueves la presentación del hombre que afirmó haber asesinado a la niña y dispuso medidas para preservar el lugar señalado.
El joven, quien no está detenido pero sí tiene una consigna policial en su domicilio, padece un cuadro de esquizofrenia constatado por un certificado médico.
Esa no es la única patología que surge de su historia clínica: también aparece como una persona "depresiva", que se caracteriza además por un arraigado "sentimiento de culpa".
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