Portada  |  18 marzo 2022

Natalia Denegri en la Corte: “Yo no pedí ser famosa, yo quería ser abogada”

En la segunda audiencia pública por el juicio que le inició a Google para que bloquee el acceso a ciertos contenidos que la relacionan al Caso Coppola, Denegri, que no se había anotado para hablar, pidió la palabra. Google pide que se revoquen las sentencias anteriores, ambas a favor de Denegri.

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Cuando sus abogados llevaban más de una hora en la defensa de su reclamo, Natalia Denegri dejó la primera fila y se ubicó cerca de la tarima de los oradores. Quería hablar, quería contar su historia y sus motivos. Se lo dijo al oído a uno de sus abogados, a quien no le quedó opción que pedir permiso a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia para que le permitieran la palabra. Ellos dijeron que sí, pero aclararon que no querían revictimizarla. Entonces Denegri tomó el micrófono: “Ayer me sentí revictimizada. Yo les quiero contar mi historia. En ese momento quería estudiar abogacía en la Universidad de Belgrano. Era vecina de (Alberto, el fubolista) Tarantini. Un día vienen a mi casa dos personas, me dan un jugo de naranja, me duermen, me ponen drogas en mi casa, me despierto por la pastilla y veo a policías apuntándome en la cabeza. Estuve tres días presa en Dolores...”, dijo Denegri de un tirón y al borde del llanto.

Denegri cuenta con dos sentencias a favor: de acuerdo a esos fallos, Google debe desvincular su nombre de algunos contenidos que la relacionan con el Caso Coppola, es decir, que no aparezcan entre los resultados si un usuario escribe la combinación de palabras “Natalia Denegri Caso Coppola”, por ejemplo. Para el buscador, la decisión de la Justicia atenta contra la libertad de expresión y restringe el acceso a la información. Por eso apeló la sentencia de la Cámara y el caso llegó a la Corte Suprema, última instancia judicial del país.

Al micrófono, secundada por sus cuatro abogados, dos de ellos de alto perfil mediático, Denegri habló a los cuatro jueces: “Cuando salí había un auto de la producción de Mauro Viale. No era la televisión de ahora. Vivíamos secuestradas -se refiere a Samanta Farjat- en hoteles... Era menor de edad, vulnerable, no tomaba conciencia de todo eso. No entendía de televisión y quedaron todos esos videos y dos que fueron armados por productores. Yo no pedí ser famosa, yo quería ser abogada”.

Denegri no estaba anotada entre los oradores porque había delegado la exposición y las respuestas a las preguntas que hiciera el Tribunal a sus abogados, cuatro en total. Fernando Burlando permaneció de pie y en silencio. Pero Martín Leguizamón, Graciela Medina y Marta Mattera se esforzaron ante la Corte con argumentos, por momentos, poco sólidos. Ricardo Lorenzetti puso como ejemplo a “los rockeros”, en el sentido de que muchos de ellos no podrían jactarse de su pasado. Hubo un murmullo de risas en la sala. Pero sobre ese punto preguntó a los abogados de Denegri: “¿Se pretende limpiar el pasado? ¿Que haya un presente sin pasado?”.

La Corte deberá expedirse sobre un caso que se promocionó como “Derecho al olvido” pero que no encaja como la legislación que rige en la Unión Europea desde 2016, sino que trasciende los presuntos daños y perjuicios de una personas física y atañe, sobre todo, a la libertad de expresión y al derecho a la información.

Google pide a la Corte que revoque las sentencias anteriores, que son a favor de Denegri.

La cuestión de género, la violencia mediática y el derechos de los usuarios de Internet son otros criterios que se debaten en la segunda y última audiencia pública en la casi “Denegri contra Google”. No hay plazos para que la Corte emita su sentencia.

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