La corona robada de la Catedral de Córdoba tiene un valor incalculable debido a su importancia histórica y cultural. Es difícil asignarle un valor, afirman los especialistas, ya que el valor real es mucho más complejo que el metal del cual están hecho.
“Cuando hablamos de bienes culturales y alguien quiere asignarle un valor económico no es el precio del metal en el que están hechos. Detrás de eso hay tecnología, es un bien que tiene más de 200 años. Pero además tiene una carga histórica muy fuerte, no hay como ponerle un precio” explicó Josefina Piana, historiadora.
Con respecto al hecho de robo en la Catedral, la historiadora explicó: “Como todo robo de un bien cultural da la sensación de que fue un robo a pedido. Estamos hablando de un tráfico ilegal de bienes”.
Por último, agregó: “No es fácil mantener la seguridad en un lugar como la Catedral que está abierto a los fieles”.
Por otro lado, sobre la historia de la corona, la guía de turismo Belén Urquiza contó que la imagen de Nuestra Señora de Nieva, la protectora de las tempestades llegó a Córdoba en 1794 y fue expuesta en la Catedral tres años más tarde.
“Es una reliquia que tenemos en la Catedral. Nuestra Señora de Nieva llega aquí en 1974 y de manera bastante particular, porque llega en una procesión que se desarrolló desde el Calicanto hasta aquí y la gente la recibió muy bien”, explicó.
Sobre la reliquia robada, agregó algunos detalles: “La corona está realizada en plata. No tiene incrustaciones de piedra, pero si es plata trabajada. Tiene aproximadamente 16 centímetros de alto y 13,5 centímetros de diámetro. Es una de las piezas principales de esta imagen”, contó.
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