Diputados convirtió en ley este miércoles la modificación de la norma de Trasplantes y Donación de Órganos, cambios conocidos como "Ley Justina".
Lleva ese nombre por Justina Lo Cane, la nena de 12 años que murió en noviembre pasado a la espera de un trasplante de corazón. La modificación apunta a incrementar la cantidad de donantes.
La nena estaba internada en la Fundación Favaloro y aguardaba la intervención desde hacía 4 meses, pero el órgano no llegó y su estado de salud se fue debilitando.
Tras su fallecimiento, su familia publicó en Facebook una carta en la que destacaban que Justina "esperó 4 meses y luchó, con todas sus fuerzas, para que llegara ese corazón".
En el texto, sus padres también remarcaban que la niña "Soportó y resistió, esperando. Soñando en su fiesta de cumpleaños el 9 de diciembre. Siempre apostando a salvarles la vida a los demás que estaban en su misma condición".
Justina había ingresado en la lista de espera del Incucai luego de sufrir en julio último una descompensación producto de una cardiopatía que había adquirido al año y medio por un virus, tras una neumonitis.
Durante ese tiempo padeció más complicaciones, como una trombosis que obligó a amputarle los dedos del pie derecho. Y a pesar de las dificultades, siguió peleando por sobreponerse. El 19 de noviembre en el Facebook de La Campaña de Justina se posteó que su estado era "crítico, cada día que pasa le juega en contra".
Justina tuvo más de 10 operativos (posibilidades de recibir un corazones) durante su internación en la Fundación Favaloro. Sin embargo, ninguno pudo concretarse: en algunos casos porque había pacientes de mayor gravedad, en otros casos por falta de compatibilidad. Además, hubo un caso en el que el órgano era compatible pero sufrió una complicación y debieron descartarlo.
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