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Rebagliati fue torturado, picaneado y sometido a un simulacro de fusilamiento

La aplicación de torturas con una picana, el trato inhumano que recibió el empresario durante algunos tramos de su cautiverio, el acento peruano de al menos uno de los delincuentes y la estructura del grupo que les permitió mantener ocho días encerrada a la víctima sin quedar al descubierto refuerzan la hipótesis de que la banda estaría integrada por policías y ex guerrilleros del grupo peruano Sendero Luminoso.
Por Telefe Noticias

Actualidad: Rebagliati fue torturado, picaneado y sometido a un simulacro de fusilamiento

El empresario Daniel Rebagliati relató que los secuestradores que lo tuvieron cautivo durante ocho díaslo picanearon en reiteradas oportunidades, lo sometieron a un simulacro de fusilamiento y a torturas psicológicas. Según fuentes de la investigación, con los castigos físicos los delincuentes intentaron doblegar la resistencia de la víctima y de sus familiares para que pagaran los US$ 2.000.000 que pedían como rescate. La liberación se concretó, finalmente, por una suma cercana a los dos millones de pesos.

La aplicación de torturas con una picana, el trato inhumano que recibió el empresario durante algunos tramos de su cautiverio, el acento peruano de al menos uno de los delincuentes y la estructura del grupo que les permitió mantener ocho días encerrada a la víctima sin quedar al descubierto refuerzan la hipótesis de que la banda estaría integrada por policías y ex guerrilleros del grupo peruano Sendero Luminoso.

A eso hay que sumar las tácticas usadas por la banda para interceptar al empresario: hicieron tareas de inteligencia y habrían tenido la colaboración de un entregador que aportó información sobre el recorrido que hacía Rebagliati para ir desde su casa, en el barrio porteño de Villa Devoto, hasta la sede de la empresa, en la localidad de Martín Coronado, en el partido de Tres de Febrero.

Rebagliati, de 53 años, fue interceptado el 27 de abril pasado cuando conducía la camioneta Ford Ranger de su empresa. Según relató ayer en una declaración que duró casi diez horas, fue encerrado por dos vehículos. Uno lo cruzó y el segundo automóvil le cortó la posibilidad de huir marcha atrás. De ambos rodados bajaron cuatro delincuentes armados con ametralladoras, lo sacaron de la camioneta y lo obligaron a abordar uno de los dos autos.

Luego de tenerlo cautivo durante ocho días, los delincuentes liberaron sano y salvo a Rebagliati en Almirante Brown, a cambio de un rescate estimado en 2.000.000 de pesos. En las más de veinte comunicaciones que hubo durante la negociación, un familiar del empresario le tuvo que hacer entender al secuestrador de voz fina y delicada que llamaba que el monto que exigía era exorbitante y que no contaban con ese dinero.

"Viví un infierno, pero estoy bien. Gracias a Dios estoy vivo", dijo el empresario ayer, cuando salió de la fiscalía federal de Tres de Febrero luego de declarar como testigo. Además, Rebagliati describió que durante los primeros días de cautiverio lo tenían encadenado, pero que después lo soltaron, aunque siempre estuvo encerrado y con el rostro cubierto. Negó haber estado recluido dentro de un ataúd y aclaró que sólo lo sacaban del lugar de cautiverio en un auto para dar vueltas y entregar pruebas de vida a su familia.

Durante el cautiverio, el empresario habría tenido un solo cuidador y afirmó que estuvo en dos lugares distintos. Dijo que no pudo ver rostros, pero que recordaba voces. Una de ellas, la del negociador, fue grabada por los funcionarios de la Dirección de Observaciones Judiciales de la flamante Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y será comparada con los registros de otros hechos ocurrido durante el último año.