Portada  |  16 junio 2015

Rescatarán una gata que quedó encerrada en un restaurant del que desalojaron a 21 trabajadores

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizará esta mañana un operativo con personal de bomberos y Defensa Civil para rescatar a una gata que quedó atrapada dentro del local de la cooperativa La Robla.

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Ayer, un grupo de proteccionistas se acercó al local tapiado por ladrillos para intentar sacar el animal pero fueron echados por efectivos de la Policía Federal. Según relataron en su página de Facebook, se comunicaron con la fiscalía de turno, donde la secretaria María Belén Diez Azconegui no permitió que se procediera al rescate.

Luego realizaron una denuncia en la Unidad de Intervención Temprana localizada en Beruti 3345 3er piso con el número 168133.

Luego se pusieron en contacto con el Departamento de Sanidad y Protección Animal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quienes aseguran que sin la orden del fiscal no pueden proceder al rescate del animal.

Tras esa gestión, el gobierno porteño ordenó el operativo de esta mañana para rescatar al animal, aunque debe esperar la autorización del juez que intervino en el desalojo de los trabajadores ya que el predio tiene faja de clausura.

No tuvieron la misma suerte los 21 trabajadores que habían conformado una cooperativa en el bar La Robla luego de denunciar "una numerosa serie de maniobras fraudulentas" para vaciar del histórico bar por parte de los ex titulares de la firma, Alex Gordon y Julio Rosas Chevallier.

Luego del cierre de la empresa, en agosto del año pasado comenzaron a autogestionar el bar y a través de varios legisladores porteños de diversas fuerzas políticas presentaron el 14 de mayo un proyecto de ley para declarar al bar La Robla como sitio histórico del patrimonio de la Ciudad y así evitar su desalojo.

Con el mismo objetivo también propusieron otro proyecto que declara de utilidad pública y sujeto a expropiación el inmueble donde actualmente se encuentra la cooperativa.

Además, Ornella Nociti, representante legal de los trabajadores de La Robla, contó que el juez Miguel Javier Costas nunca quiso recibirlos y rechazó todos los pedidos de audiencia para luego ordenar el desalojo.

Todas esas gestiones no fueron tan exitosas como las de los defensores de la gata que en solo 48 horas lograron que se ocupen de ella.

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