Portada  |  09 febrero 2017

Se pasó de "chistoso" con una empleada y fue condenado por abuso

El encargado de un local comercial fue condenado a 8 meses de prisión en suspenso por el delito de abuso sexual simple en perjuicio de una empleada a la que toqueteó en distintas oportunidades.

Actualidad

Un joven de 35 años, encargado de un local comercial de San Martín, en Mendoza, fue condenado a 8 meses de prisión en suspenso por el delito de abuso sexual simple en perjuicio de una empleada, a la que toqueteó en distintas oportunidades. El caso resulta inusual para el fuero penal provincial y la condena, un llamado de atención a ciertas relaciones dentro del ámbito laboral.

Durante el juicio, el muchacho (identificado en esta nota por sus iniciales MG), confesó su condición de gay y aseguró que por ello “los juegos y chistes”, tal como él los definió, “no tenían ningún interés sexual”. Sin embargo, el tribunal entendió que sí existió delito, ya que nunca hubo consentimiento de la mujer a ser tocada.

El caso ocurrió en 2010 en un comercio de San Martín, que es sucursal de una conocida firma con locales en distintos puntos de la provincia de Mendoza.

“Pasaba por detrás y me tocaba la cola, otras veces los pechos, a veces me pellizcaba por debajo del mostrador sin que el cliente se diera cuenta e incluso, llegó a meterse al baño cuando yo estaba adentro”, contó durante el juicio la víctima, de 32 años.

Ella aseguró que esa situación se prolongó por casi tres años.

"Estaba cansada de trabajar así; hablé con él, le dije que esos chistes no me gustaban pero me respondió: 'Si te estoy jodiendo, es un chiste', contó la empleada.

El juicio fue presidido por la jueza María Victoria Franano y los vocales Eduardo Orozco y Salvador Arnal (voto en disidencia); la condena a 8 meses fue la misma pena que había solicitado el fiscal, Oscar Sívori, en sus alegatos.

A la hora de la sentencia y entre otras cosas, el tribunal tuvo en cuenta la relación de poder que se daba entre el encargado y la empleada, como también el miedo a perder el trabajo por parte de la víctima.

-¿Por qué no se le creyó al imputado cuando dijo que solo eran chistes de trabajo? -preguntó Los Andes al juez Orozco, tras la sentencia.

Tres psiquiatras y un psicólogo constataron las consecuencias que sufrió en su salud, a raíz de los actos abusivos y humillantes que sufrió.

Así las cosas, lo que para MG y para los empleados que declararon durante el juicio eran sólo “juegos y chistes”, para la mujer se volvió un drama que la llevó primero a visitar al psicólogo, luego a pedir licencias de trabajo e incluso, a solicitar a los patrones el cambio de sucursal, traslado que nunca consiguió. Finalmente, la mujer hizo la denuncia penal por abuso sexual.

Foto ilustrativa / Fuente: Los Andes

Comentarios