Sulán Ortega, una joven monja de nacionalidad colombiana, es juzgada en los Tribunales Federales de Rosario, por integrar una banda de narcotraficantes, junto a otras once personas, a quienes investigan por su supuesta actuación en una organización delictiva con vínculos internacionales.
La banda, que operaba en Campana y San Pedro, es investigada por traer droga de Colombia y venderla en Argentina al menudeo. También remitía cargamentos a Australia, España y Holanda en paquetes del Correo Argentino, según salió a la luz en las primeras audiencias del juicio.
Los implicados, entre los cuales hay otros dos colombianos, cayeron por vender cocaína en distintas localidades bonaerenses. La primera denuncia, realizada en forma anónima en la comisaría de San pedro, a 140 kilómetros de Rosario, alertó de un delivery que vendía drogas.
La mayor sorpresa de los investigadores llegó cuando al avanzar con la investigación descubrieron que una joven monja aparecía en el entramado de la organización. La religiosa asistió a las primeras audiencias del proceso judicial vestida con su hábito y escuchó de boca de los fiscales que será juzgada por el delito de tenencia de drogas con fines de comercio, informó el diario La Capital.
Según los fiscales, la monja respondía a las órdenes de Diego Fernando López Echeverría, alias "Cariño", un colombiano que se radicó en el país con el afán de armar una red de vendedores de drogas en ciudades del conurbano y en el norte bonaerense y que también está entre los juzgados. Las escuchas a celulares revelaron que la religiosa aparentemente mantenía una relación sentimental López Echeverría, con quien habría tenido un hijo.
De acuerdo con la investigación, cuando su pareja cayó detenido, ella habría continuado con el negocio.
El principal abastecedor desde el exterior se llama Argemiro Sierra Pastrana, un ganadero colombiano de 66 años, que tiempo atrás fue condenado a 135 meses de prisión en Estados Unidos por la venta de 20 kilos de cocaína.
A través de escuchas telefónicas, los investigadores comprobaron que el dueño de un bar de la ciudad de Campana, en el norte bonaerense, le compraba droga a López Echeverría para la venta minorista en esa localidad, mercadería que llegaba a través de Sierra Pastrana, quien una vez por semana viajaba de Bogotá a Buenos Aires. El ganadero dejó de viajar en 2009 cuando parte de la organización cayó desgracia, pero Interpol lo ubicó en Villavicencio, su ciudad natal, lo extraditó a la Argentina en marzo de 2013 para ser encarcelado a la espera del juicio que comenzó en Rosario.
El juicio oral se lleva a cabo en Rosario, por razones de competencia debido a que la primera denuncia la tramitó el juzgado federal de San Nicolás a cargo de Carlos Villafuerte Ruzo.
Fuente: DyN / Foto: La Capital.
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