Los hechos violentos habrían comenzado en una fiesta que se realizó en la sede de Rotary, entidad que suele alquilar sus instalaciones para estos eventos, en la que participaban, de acuerdo con versiones relacionadas a la investigación, aproximadamente unas 300 personas.
A la salida de la fiesta una veintena de personas atacaron a dos jóvenes que estaba adentro de un Ford Falcon, a quienes les arrojaron piedras y botellas.
Cuando los jóvenes bajan y huyen, la horda dio vuelta el vehículo.
Interviene en las investigaciones la UFI Brandsen. La caratula del hecho figura como “Daño”.
Posteriormente se supo que las víctimas en el hecho anterior, al momento de huir se introducen a la vivienda ubicada en Saavedra 545, donde fueron sorprendidos por el propietario.
Según declaraciones posteriores del dueño de la vivienda, las personas que habían ingresado lo golpearon en la cabeza con un hierro, debiendo concurrir por sus propios medios al hospital local, donde le practicaron un punto de sutura en el cuero cabelludo.
Por este hecho, que sería considerado como un segundo delito dentro de la misma revuelta, la Fiscalía de Intervención dispuso que se labren actuaciones caratuladas como “Violación de domicilio y lesiones”.
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