Según indicaron a través de un comunicado, el pasado 4 de diciembre los cuidadores del zoológico Inokashira Park Zoo de Tokio habían inyectado a los animales un medicamento antiparasitario como precaución sanitaria, al tiempo que rociaron insecticida cerca de sus cajas de anidación.
Uno de los roedores, una ardilla común japonesa, murió poco después, y, en los días subsiguientes, se dieron más muertes hasta alcanzar 31 la mañana del lunes, consignó la agencia de noticias AFP.
"No se puede negar la posibilidad de un envenenamiento medicamentoso", admitió el zoológico en el comunicado.
El zoológico insistió en que el medicamento en cuestión había sido utilizado previamente en dosis adecuadas.
Japón tiene tres tipos de estos roedores de cola velluda: la ardilla japonesa, la ardilla voladora japonesa y la ardilla voladora gigante japonesa.
Télam
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