Una familia de Campbellville, Canadá, decidió adoptar un mini cerdo como mascota, pero al poco tiempo se llevaron una sorpresa: Esther se convirtió en un cerdo gigante y ahora pesa más de 300 kilos.
Steve Jenkins contó a la cadena CBS News que cuando llevó al cerdo a su casa estaba seguro que iba a ser un mini cerdo. Se trata de una casta especial que muchos mantienen como mascotas, porque son muy parecidos a un perro. Muchos incluso conviven con los animales en departamentos.
Una ex compañera del colegio le ofreció adoptar a Esther y Steve no dudó: “Ella me escribió un día y dijo que sabía que yo era un amante de los animales, y me preguntó si quería adoptar su mini cerdo”. La amiga le contó a Steve que había conseguido a Esther de un criador y que no crecería mucho”. “Le creí porque la conocía, no pensé que me iba a mentir”.
Aunque le dijo que el cerdo tenía seis meses, cuando fueron al veterinario, Steve se dio cuenta que era mentira: en realidad solo tenía cuatro o cinco semanas, por eso no era muy grande. Esther no era un mini cerdo. Aun así, la familia decidió criarla y sumarla al grupo. Ya tenían dos perros y dos gatos. ¿Cuánto más podía crecer?
"Cada vez que venían nuestros amigos comentaban lo grande que estaba y preguntaban qué íbamos a hacer", dijo Jenkins a CBS News. "Siempre decíamos 'estamos preguntándonos lo mismo'!”. Ahora Esther creció. Tanto que pesa más de 200 kilos y su historia se volvió una sensación en las redes sociales.
Steve y Derek, su esposo, están muy orgullosos. Sin embargo, Jenkins sostiene: “La gente empieza a ver cerdos como Esther como individuos. Tratamos de recordar a la gente de una manera muy suave que Esther fue criada para ser nuestra cena y que este animal del que nos enamoramos locamente no es diferente de los millones de cerdos que como ella que nunca tendrán tanta suerte”.
Después de adoptar a Esther, Steve asegura que cambiaron su dieta y su mirada sobre todo lo que tiene que ver con el bienestar animal, el impacto ambiental y las preocupaciones de la agricultura animal.
Luego de una campaña de crowdfunding, Steve y Derek lograron recaudar dinero y se mudaron a una granja en las afueras de Toronto con más de 40 animales. “Esther tiene una capacidad increíble de conectar con la gente de una manera muy profunda y significativa, y eso se traduce a ella que tiene un impacto muy grande en muchos aspectos de sus vidas. Es muy difícil de explicar, pero lo llamamos 'el efecto Esther'", concluye.
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