Benjamin David se cansó de llegar estresado y tarde a su trabajo y pensó en el agua como solución. El río pasa justo debajo de su apartamento en Baldeplatz, y, aunque nadie lo había usado para viajar en décadas, solía ser la mejor manera de moverse. La gente viajaba arriba y abajo del Isar usando balsas, y, en un punto, era una de las rutas más populares entre Roma y Viena. Pero en lugar de remar en una balsa, Benjamin decidió nadar hasta el trabajo, y su cuerpo se convirtió en su principal medio de transporte.
Cada mañana, Benjamín, fundador y portavoz de una pequeña consultora de cultura y negocios, sale de su apartamento en Baldeplatz, cruza la calle y salta al río Isar. Tiene que nadar dos kilómetros a su oficina en Kulturstrand, lo que le toma generalmente cerca de media hora. Una vez allí, se seca con una toalla, se viste una remera, y espera a que sus colegas superen el tráfico pesado, disfrutando de un capuchino.
En este momento, Benjamin David es la única persona en Munich que utiliza el río Isar para ir al trabajo, pero con alrededor de 30.000 nuevos trabajadores que trasladándose a la ciudad alemana cada año, el tráfico no está mejorando, por lo que espera que algunos de sus compañeros Münchners se unan a él para un baño diario.
El nadador lleva una bolsa especial que no sólo es impermeable, sino que también se llena de aire cuando la enrolla, actuando como boya. Se llama “Wickelfisch” y fue diseñada por una startup en Suiza, donde nadar al trabajo se ha convertido en tendencia. La bolsa contiene la computadora portátil, papeles, y la ropa seca de Benjamin, y le permite simplemente flotar en el río si sus brazos se cansan.
Todas las mañanas, antes de irse a trabajar, chequea online y comprueba el nivel del agua, la temperatura y la fuerza de las corrientes. Si todo está dentro de los límites seguros, se dirige al río, pero si no, opta por uno de los medios convencionales de transporte, informan los colegas de Periodismo.com
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