Condenaron a un joven por darle viagra a su jefe sin que lo supiera

Benjamin Chope, de 24 años, llevaba tres años y medio trabajando en un establecimiento de la popular cadena Home Bargains en Newton Abbot, en el sur de Inglaterra, cuando decidió hacerles una broma a sus compañeros el 1 de abril de 2016, el día de los Inocentes en Gran Bretaña.

Es por ello que compró a través de internet 30 pastillas de viagra, las pulverizó y las mezcló en pastelitos de gelatina que llevó al trabajo.

Chope preveía que nadie sospecharía demasiado ya que él usualmente compartía sus dulces caseros con los compañeros laborales.

Pero, de acuerdo con las fuentes judiciales, ese día el empleado le convido también a los jefes, y le insistió en particular a Daniel Webber. Este último aceptó cuando el trabajador le ofreció el pastelito por segunda vez. Y al probarlo, enseguida notó un sabor extraño.

Y lejos de advertir una reacción placentera, a los 15 minutos Webber "empezó a sentirse significativamente indispuesto", según el sumario.

Entonces a Chope no le quedó otra que confesar la broma y la víctima fue trasladada a un hospital, donde permaneció durante 10 horas.

"No tenía intención de dañar a míster Webber (el único directivo intoxicado), pero pensó que sería divertido provocar unas erecciones al jefe", señaló la fiscal Caroline Bolt durante la audiencia.

Sin embargo, el juez Philip Mott condenó a Chope a 80 horas de trabajo derecho a pago y 12 meses de voluntariado forzoso, con el objetivo de que sea "un poco más adulto y algo más sabio al final de todo esto".