Los físicos israelíes lograron descifrar uno de los manuscritos más antiguos, que pertenece al período de la construcción del Templo central en Israel antiguo (entre los años 950 y 586 AC), señala un artículo publicado en la revista PLoS One.
Según el medio, los científicos descubrieron su parte secreta o borrada, que permaneció oculta durante más de medio siglo, desde el descubrimiento de estos textos.
Los manuscritos fueron hallados hace más de 50 años durante las excavaciones de la antigua fortaleza Tel Arad, en el sur de Israel. Según un análisis, fueron enterrados en el año 650 AC, o sea en los tiempos del rey de Babilonia, Nabucodonosor y los últimos días del Primer Templo de Israel.
Los textos judíos más antiguos se escribieron no en papel sino en placas de arcilla. El equipo de Shaus explica que en caso de mantenimiento incorrecto, el texto de las placas desaparece muy rápido. Por esa razón no era posible leer el manuscrito 20 años después de haber sido encontrado.
Los datos que lograron obtener los arqueólogos en estos 20 años revelan que el texto de las placas trata de algunas transacciones financieras y de la venta de vino, harina y aceite. Los físicos israelíes decidieron ayudar a los arqueólogos a recuperar el texto, al sacar fotos de las placas en las 10 zonas "estrechas" de la parte visible e infrarroja del espectro.
De ese modo, se esperaba encontrar las zonas perdidas del texto que desaparecieron por el impacto del aire en la tinta. Al final, se consiguió descubrir 45 letras nuevas en la superficie frontal del manuscrito y hallar apuntes en el reverso que no vieron antes. Se indica que el texto habría podido desaparecer por su cuenta o haber sido borrado por su propietario en el pasado.
Los manuscritos fueron hallados hace más de 50 años durante las excavaciones de la antigua fortaleza Tel Arad, en el sur de Israel. Según un análisis, fueron enterrados en el año 650 AC, o sea en los tiempos del rey de Babilonia, Nabucodonosor y los últimos días del Primer Templo de Israel.
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