Wesley es un cachorro feliz que andaba teniendo un pequeño problema: sus dientes adultos crecieron y estaban tan mal alineados que era incapaz de cerrar la boca por completo, lo que hacía de las tareas cotidianas, como comer, algo molesto.
En lugar de vivir la vida con sus dientes torcidos, Wesley visitó Harborfront Hospital For Animals, una clínica de Michigan que ofrece, entre otros procedimientos, ortodoncia para perros.
A Wesley lo equiparon con frenillos para corregir los dientes torcidos y su sonrisa, después, era insoportablemente tierna.
Si alguien ha usado brackets sabe que pueden ser un poco incómodos al principio. Pero tratándose de Wesley, la clínica dijo que no le molestaron en absoluto y añadieron que probablemente solo tenga que usarlos durante unas semanas.
A diferencia de los brackets para los seres humanos, que en muchos casos se utilizan con propósitos cosméticos, generalmente en los animales se utilizan para resolver una anomalía dental que afecta su salud. Y no podríamos estar más felices de que haya una opción para resolver el problema de Wesley y de todos los cachorros que enfrentan retos similares.
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