Para visibilizar el calor extremo, los mendocinos se pusieron a cocinar un huevo en la vía pública, ayudándose solo con la temperatura exterior, que al momento del experimento se ubicaba en los 33 grados. Para esto, solo utilizaron una superficie de metal expuesta a los fuertes rayos solares del mediodía mendocino.
Seguramente en muchas otras partes se está viviendo este infierno de un enero que se puso insoportable en la última semana:
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