Cansado de tanta burocracia, un estadounidense eligió vengarse de una manera muy original: pagó tres mil dólares de impuestos con monedas de un centavo.
Luego de varios meses de discusión con el Departamento de vehículos de Motor de Virginia (DVM) por un impuesto automotor que consideraba injusto, Nick Stafford tuvo esta particular idea. El hombre se presentó en la oficina con 300 mil monedas de cobre repartidas en cinco carretillas. En total, pesaban 726 kilos.
Como era de esperar, los empleados no tenían una máquina para contar monedas, por lo que tuvieron que contar el dinero a mano.
¿Qué opinás de esta particular decisión?
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