A sus nueve años, el perro Duke parece no tener adversarios políticos y resultó electo para un tercer mandato como alcalde honorario de Cormorant Township, una villa de poco más de 1000 habitantes en Minnesota, al norte de Estados Unidos.
"No sé quién podría atreverse a competir con él, porque ha hecho grandes cosas por la comunidad", sostuvo Karen Nelson, una vecina de la localidad cercana a Canadá.
Es que este can de raza Gran Pirineo no paró de ganar elecciones desde que se impuso "por accidente" en los comicios en 2014, cuando le arrebató el cargo al comerciante local Richard Sherbrook, según contó David Rick, el dueño del perro.
Desde entonces, Duke salió victorioso en otras dos ocasiones para ocupar el puesto de alcalde, cuyo mandato es de un año.
Para participar en las elecciones cada residente tiene que abonar una tasa de un dólar, algo que termina provocando un elevado porcentaje de abstención. Cualquiera puede presentar su candidatura para convertirse en alcalde.
A Duke se lo suele ver paseando con tranquilidad por el pueblo y recibiendo el cariño de sus votantes. Además, pasa largos ratos en la granja de sus dueños y en uno de los pubs de Cormorant.
El alcalde tiene incluso fans internacionales, que lo siguen de cerca a través de su página de Facebook, donde se publican noticias sobre el perro y la localidad.
A pesar de su gran popularidad, en el horizonte podría aparecer quien le quite el trono local. Es que en las últimos comicios su victoria no tan absoluta como se esperaba. "Todo el mundo voto por Duke, excepto por un sufragio que fue para su novia, Lassie", detalló Rick.
Lo cierto es que este perro no es el primer animal en sostener un cargo electivo. Otros ya tuvieron ese logro, como el gato Stubbs en Alaska y la famosa cabra que bebe cerveza llamada Henry en Texas.
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