En la India hay un lugar donde las personas van a morir. Se trata del hostal Mukti Bhawan o Casa de la Liberación, en la ciudad sagrada india de Benarés. El lugar tiene una estricta política de admisión: sólo huéspedes que vayan a morir en menos de dos semanas.
Se dice que un baño en el río Ganges lava los pecados y ser incinerado a sus orillas libra las almas de la reencarnación, pero morir en la más sagrada de las localidades bañadas por sus aguas es un pasaporte directo a la salvación, reservado sólo para los más privilegiados.
Once puertas abiertas de par en par reflejan que el hostal está casi completo. La temporada alta quedó atrás con el sofocante calor que en mayo y junio da a muchos ancianos su último empujón hacia el otro mundo, pero lo cierto es que el lugar "está lleno la mayor parte del tiempo", explicó la nuera del gerente, Jyotsna Shukla.
Los huéspedes de este hostal benéfico, a los que cobran únicamente los gastos de electricidad, proceden en su mayoría del mismo estado de Uttar Pradesh o del vecino Bihar y en ocasiones llegan incluso en ambulancia. "Muchas veces están demasiados sanos, así que les tenemos que pedir que se vayan", detalló la mujer de mediana edad, que regenta la propiedad junto al resto de su familia.
El momento exacto de la muerte es siempre difícil de anticipar, a pesar de que para todos los que se hospedan aquí parece estar muy cerca. Radhika Devi aguarda su viudez recostada sobre una cama de madera sin colchón. Su marido, de 65 años y enfermo terminal, ya ha dejado de comer y se alimenta únicamente de agua y leche.
Todos los huéspedes deben estar acompañados de al menos dos familiares en el momento del registro, si bien en algunos casos, como el de Devi, sólo uno de ellos se aloja en el hotel y el otro regresa a su vida hasta el día del desenlace, puntualizó el joven de 17 años Gopal Chaubey. Conoce al dedillo los secretos del Mukti Bhawan, ya que su abuelo es el encargado de cuidar el "templo" del lugar, un pequeño altar plagado de brillantes figuras de dioses y telas de colores situado en una esquina de azulejos blancos al lado de la recepción.
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