La primera vez que el modelo chino Deshun Wang desfiló en una pasarela tenía 79 años. Fue en la Semana de la Moda de China y llevaba un pantalón del diseñador asiático Sheguang Hu. El pecho (bastante atlético, teniendo en cuenta su edad) lo llevaba al descubierto. Hoy, Wang cuenta 80 años y se ha convertido en un símbolo del lema "Nunca es tarde para...".
Después de años de sedentarismo, su alma y su cuerpo emepzaron a cambiar. Wang comenzó a pasar unas tres horas al día ejercitándose en el gimnasio, algo que le devolvió toda la movilidad que había perdido. Gracias a un constante entrenamiento, su estado físico y metal poco tiene que envidiar al de un treintañero.
"Entrenar el cuerpo trae alegría. Inténtelo", aconseja el modelo octogenario. Pero no solo su cuerpo se modificó. A los 44 años empezó a estudiar inglés, a los 57 comenzó a trabajar como escultura viviente en la calle o galerías, a los 65 aprendió a montar a caballo, a los 78 aprendió a montar en moto y ahora, con 80, está en el exigente mundo de la moda.
Un mundo que implica una vida muy corta y casi efímera permite esta vez que alguien que podría estar en el final de su vida haga brillar la verdadera razón de existir de los seres humano: la perseverancia.
"Debería ponerme un traje largo, con la palabra 'longevidad' bordado en la parte delantera", bromeó el modelo en la fiesta que le prepararon hace una semana por su 80 cumpleaños. En China, a partir de los 50 años uno es considerado un abuelo tenga o no descendencia. Sin embargo, Wang concibe la vejez de otra manera: "Una forma de saber si eres viejo o no es preguntándote: ¿Te atreves a probar algo que no has hecho nunca antes? La naturaleza determina la edad, pero tú determinas tu estado de ánimo", declaró en una entrevista que ofreció en Beijing.
Te dejamos una entrevista que le hicieron hace unos meses y que enseña mucho:
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