Pendikainen se subió a un globo aerostático con un grupo de paracaidistas. Cuando llegaron al punto más alto, el temerario deportista se sacó el paracaídas y lo tiró al vacío, ante el asombro de sus compañeros.
"Cuando me desperté esta mañana sentí que no lo iba a necesitar", dijo Pendikainen. Se quitó la remera, se acomodó los lentes y saltó con los brazos y piernas extendidas.
Luego de 30 segundos de caída libre, uno de sus compañeros lo enganchó a su equipo.
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