Curiosidades
Tras 16 años en la calle, una mendiga probó que el gobierno le debía 100 mil dólares
Después de 16 años mendigando por las calles de Washington DC, la octogenaria Wanda Witters consiguió probar que, tal como llevaba afirmando todo este tiempo, la Seguridad Social le debe 100.000 dólares, según informó The Washington Post, reportó el jueves La Vanguardia.
Todos los días, Witters acomodaba su bolsa de dormir junto a sus pertenencias y que, según alegaba la anciana, contenían todo el papeleo que probaba que la administración pública le debía dinero. “Me decían que estaba loca, y que me deshiciera de las maletas”, declaró Witters.
Asentaba sus bártulos en la esquina de la 13 con la G, al noroeste de la ciudad, muy cerca del National Press Building, donde trabajan numerosos periodistas y corresponsales extranjeros. Ella contaba su caso y esperaba que alguien la escuchara y la ayudara, pero nadie la creía.
Todo había comenzado años atrás, cuando Witters perdió su puesto como operaria en una empresa de Nueva York en la que fabricaba turbinas y motores. Tras quedarse sin trabajo, se instaló en casa de su hija, en el estado de Colorado, y se matriculó en la escuela superior de Pikes Peak. Recién titulada, en 1999, se trasladó a la capital estadounidense para probar suerte, pero ¿quién iba a contratar a una mujer de casi setenta años?
En 2006 Witters decidió empezar a cobrar los subsidios de la Seguridad Social, pero estos descendieron de 900 a 300 dólares al mes. Como protesta de que no estaba recibiendo lo que debía, en lugar de cobrar los cheques, Witters los reemitía a la administración. A veces, ni siquiera llegaba a recibirlos pues, al fin y al cabo, era homeless.
No cobrar los cheques suponía pasar hambre, pero ella se mantuvo firme, y los devolvía según llegaban. “Si hubiera cobrado los cheques, ¿quién habría creído que eran incorrectos?”, aclara Witters.
También rechazó la ayuda de su hija, cuando ésta le propuso que se fuera a vivir con ella. “Le dije que tenía asuntos pendientes aquí, y que no me movería hasta que los hubiera solucionado. No me iba a ir a ninguna parte sin el dinero que me debían”, se explica.
Ante la negativa de la anciana, su hija le dio un teléfono móvil para que estuvieran en contacto, pero Witters fue demasiado orgullosa para contarle a su familia la verdadera situación por la que estaba pasando, y se sumó a la masa de gente sintecho de la ciudad.
Entre tanto, los asistentes sociales que la atendían la mandaban directo al psiquiatra. Hasta que, en 2015, una trabajadora social llamada Julie Turner se empeñó en ayudarla. “Ella no necesitaba asistencia mental, sino económica”, afirma Turner. “A la mayoría de los mendigos de esta ciudad se los tacha de enfermos mentales, cuando, en muchos casos, es sólo una cuestión de dinero”, añade.
El caso fue llevado a una asesoría legal para la tercera edad, en mayo de este año. Allí, su abogada, Daniela de la Piedra, le confirmó que, efectivamente, la Seguridad Social le debía (y le debe) dinero.
Burocracia
Desde 2010, la administración pública ha visto reducido su presupuesto en un 10%, a medida que la población envejece. La falta de personal también explica algunas de las ineficiencias que ésta presenta.
En promedio, el tiempo de espera para ser atendido por la Seguridad Social es de tres semanas, y la mayoría de los casos se archivan.
En Nueva York hay 3.600 adultos solteros y sin techo que vagabundean por la ciudad.