A Chris Chamney se le rompió el televisor que había pagado 800 euros el año pasado. Amparado por la garantía fue hasta el local donde lo había comprado y se enteró dos cosas: la primera, que una mosca estaba atorada en la pantalla y la segunda, que la reparación no estaba cubierta porque alegaron que se trataba de un “acto de Dios”.
La tienda Currys se negó a reparar la TV, de 65 pulgadas, y tras justificar su posición, le dijo a Chamney que tendría que pagar otros 95 euros para tener la pantalla funcionando nuevamente.
“Recibí una llamada del servicio técnico, que me dijeron que no lo iban a reparar, entonces llamé a Currys y me dijeron que había una mosca atascada”, contó.
Y agregó, según indica el diario británico Daily Mail: “Dijeron que se trataba de un acto de Dios. Que me costaría 95 euros reparar la pantalla”. Al hombre le aconsejaron que escriba una “queja formal” sobre lo ocurrido, y que mencionara sus derechos.
“Currys no prestó mucha atención. Simplemente dijeron que no estaba cubierto”. Finalmente concluyó: “Parece extraño que una mosca pueda meterse en un televisor y dañar los píxeles y que eso sea un acto de Dios y no un error de fabricante”.
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