El perro, que fue bautizado Cíclope, nació con varias malformaciones genéticas que no le permitieron vivir por mucho tiempo, a pesar de los esfuerzos de quienes lo recibieron.
El extraño caso sucedió en Filipinas donde el perrito nació con un solo ojo, sin nariz y con dos lenguas. Por su condición, le resultó imposible respirar por mucho tiempo y falleció a las pocas horas de nacer.
Su dueña, Amie de Martín, intentó mantener a Cíclope con vida y se las ingenió para darle leche materna, pero su condición de salud no le permitió vivir por mucho tiempo.
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