"Eva está obsesionada con el sexo, hacíamos el amor cada día. Un día me lesioné en el hombro, me hizo tumbar en la cama y me dijo, guiñándome un ojo, que me curaría. Tuvimos sexo salvaje. Y ella me confesó que se había acostado con jugadores del Chelsea", señaló Rupert Patterson-Ward, expareja de Carneiro.
Descontento con la actuación de su equipo médico durante la 1ª jornada de la Premier League inglesa, el entrenador José Mourinho castigó a la dcotora y la separó del puesto.
El DT encontró muy "ingenuo" a su equipo médico durante el partido ante el Swansea (2-2), al salir de forma precipitada a tratar el jugador belga Eden Hazard en los últimos minutos de juego, dejando que el Chelsea defendiera con sólo nueve jugadores, ya que contaba con un expulsado.
Tras el escándalo deportivo, ahora apareció el ex novio de la médica, quien la acusó de tener sexo con los futbolistas del club.
"Ella misma me lo confesó. Es una ninfómana que arruinó mi vida. Es clasista y ambiciosa, y no tiene escrúpulos. A mí me hacía sentir como un inútil por ganar menos de 45 mil euros al año", expresó Patterson-Ward al diario "The Sun".
"No hay mucha gente que sepa cómo es en realidad. Es una mujer muy sexual, que siempre consigue lo que se propone. Yo estaba realmente enamorado de ella, hasta hablamos de tener una familia. Pero Eva me traicionó y me escupió", acusó el hombre.
"Me pegó en la cara después de que le recriminara haber dado su número de teléfono a otro hombre en mi presencia. Aparte, cuando nos peleábamos me recordaba que lo había hecho con cracks", insistió.
Y al ahondar en el tema, Patterson manifestó: "Me contaba que había un futbolista que la acosaba especialmente, paseándose desnudo en el vestuario y asegurándose de que viera sus atributos. Después de un partido, la llamó a su habitación de hotel y cuando abrió la puerta no llevaba nada puesto".
"A veces cuando estábamos sentados en el sofá viendo la TV por la noche, los jugadores la llamaban y le decían que tenían la pierna dolida o problemas musculares. Ella se iba a las 9 o 10 de la noche y no volvía hasta la mañana. Tuve que aceptar la idea de que estaba haciendo tratamientos especiales", concluyó Rupert.
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