Agustín Pichot es el hombre que más transformó al rugby argentino en las últimas décadas. Primero lo hizo dentro de la cancha como capitán de los Pumas. Ya retirado, en su rol de dirigente, logró que el seleccionado argentino tuviera mayor competencia y dinero. Luego, desarrolló el rugby en Sudamérica y logró que el deporte fuera incluido en los Juegos Olímpicos. Ahora va por todo. El 12 de mayo se realizarán las elecciones de World Rugby, que sería la FIFA del deporte de la ovalada, y Pichot competirá por la presidencia. Lo hará contra el inglés Bill Beaumont, el actual mandatario y líder del ala conservadora.
En plena campaña, el ex medio scrum charló en vivo con Ramiro Pantorotto por Instagram Live de Telefe Noticias. En todo momento, hizo énfasis que busca generar una transformación global del rugby, tanto en su modelo de negocios como en las competencias. Su idea principal es lograr una mayor inclusión del deporte en los países en desarrollo, por lo que se encuentra en una lucha con lo que él denomina establishment, liderado por los principales países de Europa. "No quiero ir en contra del establishment porque sí. Lo estoy haciendo porque están reteniendo el juego global", avisó.
El momento más distendido fue cuando Pichot mostró algunas cosas de su pequeño museo de camisetas. Ahí se destacaba la de su debut en la primera del CASI, la del tercer puesto de los Pumas en el Mundial de 2007. "A ver si reconocés esta", lo desafió el protagonista a Rama. Entonces, mostró una camiseta de Argentinos Juniors con el número 10 en la espalda que perteneció a Juan Román Riquelme.
Entonces, reveló un detalle poco conocido: su buena relación con el ex enganche y actual vicepresidente de Boca. "Le dije: "Román, estoy para lo que te pueda ayudar". Nos íbamos a juntar y no pudimos porque estuve viajando mucho afuera. Aparte él recién arrancaba. Boca es un lugar donde mucha gente quiere ser parte. Yo soy hincha de Boca, pero no necesito un palco. No iría por ese lado, sino para ayudarlo a pensar en lo que pueda", contó Pichot.
El dirigente también repasó momentos de su carrera y opinó de otros temas que relacionan al rugby. Por ejemplo, consideró que su ambiente debe hacer una profunda autocrítica a partir del caso Fernando Báez Sosa, el joven asesinado por una patota que practicaba rugby, más allá de que no responsabilizó al deporte y su gente. "Mucho tiempo vivimos como que eso de pelearse estaba bien. Yo le pregunté a mi hija, que sale a bailar, qué piensa de los rugbiers y me dijo que son unos patoteros. Hay que cambiarlo desde la autocrítica y educando", advirtió.
En el final, recordó la famosa anécdota que tuvo con David Beckham. Él y Felipe Contepomi, otro ex Puma, jugaban por entonces al rugby en Inglaterra y fueron invitados por Juan Sebastián Verón, hoy amigo y colega, al festejo íntimo de los jugadores del Manchester United. La fiesta empezó en un bar cerrado para los campeones y siguió en un ómnibus.
Ahí se dio un divertido cruce de cantos entre los ingleses, con Paul Scholes y David Beckham a la cabeza, y los tres argentinos, Verón, Pichot y Contepomi, más el goleador holandés, Ruud Van Nistelrroy. Todo terminó en un tumulto, donde Pichot aprovechó el momento para robarle a Beckham su gorro, para llevárselo a modo de trofeo. El inglés quedó entre sorprendido y atónito. "En el boliche me trae una cerveza, le devolví el gorro y nos pusimos a hablar".
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