Hay encuentros que quedan en el simple anecdotario familiar, y otros que permanecen atesorados bajo un cofre con llave en lo más profundo del alma. Este es el caso de la historia que une a un bahiense, Nicolás Corinaldesi, y al ex jugador de Boca, Carlos Javier Mac Callister.
Nicolás sufrió un complejo cáncer de riñón cuando era tan sólo un niño de cuatro años, que requirió constantes estudios en Capital Federal. Hasta allí debía trasladarse con sus padres para visitar a los médicos.
En uno de esos viajes, conoció al idolo de su infancia y con quien lo asociaban por su color de pelo, parecido al del lateral izquierdo en ese entonces de Boca Juniors.
"25 años atrás pasamos momentos muy difíciles en los cuales nuestro hijo estaba muy mal de salud en Buenos Aires, y a través de unos contactos pudimos dar con el señor Mac Callister, al cual agradecemos eternamente", dijo a Armando (padre de Nicolás) a Telefe Noticias.
Según el padre, el origen de su apodo se remonta a cuando Nicolás era atendido por un tumor de Wilms por los facultativos del Hospital Municipal. Uno de ellos lo bautizó "Mac Callister" por su cabellera pelirroja.
"En un control que fuimos a Buenos Aires, nos conectamos con él y nos recibió. Nos sacamos unas fotos, le regaló la camiseta a Nicolás con la que había jugado el día anterior un partido (con Ferrocarril Oeste)", recordó su madre Susana.
De acuerdo a lo expresado por la mujer, el gesto del entonces deportista "fue una caricia al alma" porque permitió sacar a Nicolás y a su núcleo familiar del entorno de preocupación que estaban viviendo.
"Me quedan algunas imágenes porque yo tenía cuatro años. No sabía bien que estaba pasando pero sabía que la estaba luchando y agradecido a mis padres que fueron mis dos héroes en todo esto y al Colo por el momento que tuvo", contó el propio Nicolás.
Por su parte, el ex ex Secretario de Deportes, Educación Física y Recreación de la Nación, se mostró muy emocionado con el relato de una iniciativa que alegró la vida de un niño afectado, y a sus padres, y aún con el paso de los años se mantiene como un recuerdo inoxidable.
"Por ahí uno en la carrera no se va dando cuenta de las cosas importantes que van pasando, y uno hace las cosas porque las va sintiendo. Ahí miraba las fotos y yo decía mirá las pantuflas que tenía", dijo con sus ojos húmedos.
Para Mac Callister, en la vida "las cosas saltan" con el tiempo, y resaltó el valor de poder mostrarle gestos de este calibre a su hijo.
"Estas posibilidades se dan porque uno es futbolista pero también porque uno es buena persona. Antes era distinto, te llamaban por teléfono y te decían vamos al Instituto del Quemado y decías dale vamos. No sabías a quien ibas a ver o no tenías GPS", admitió.
En este marco, el pampeano remarcó que lo importante es "que Nicolás esté bien".
"La camiseta la tiene impecable (entre risas). A él todavía le queda ja ja ja", concluyó con una sonrisa.
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