El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó que la inflación de marzo será todavía más alta que la de febrero, que alcanzó un 4,7%. Además, se mostró confiado sobre un acuerdo con gremios y empresas para que el índice empiece a bajar a partir de abril.
En declaraciones radiales, el funcionario proyectó una alta inflación -las consultoras prevén entre 5,5% y 6%-, que comenzará una tendencia a la baja a partir de este mes: “Lo que buscamos es implementar medidas consensuadas. Tuvimos avances interesantes con la UIA y la CGT. La inflación que está haciendo en todo el mundo no la veíamos hace décadas”, expresó.
“Todavía no tenemos los datos cerrados pero esperamos que sea una inflación alta; atípica. Nuestro objetivo es estabilizarla y desde abril empezar a bajarla. Es muy probable que sea superior a febrero. Para los alimentos por ejemplo entra en funcionamiento el fideicomiso para estabilizar los precios del trigo”, continuó Kulfas.
Distintos economistas ya desestimaron que el fideicomiso fuera a tener un impacto en el IPC, ya que este solo tendría impacto en el sector alimentos, y en particular en los productos que se producen con harina.
“Nunca dijimos que la inflación se arregla con controles de precios. Pero que hay especuladores y vivos no tengo ninguna duda”, siguió el ministro.
Ante las voces de la oposición que critican el rumbo económico que tomó el Gobierno para resolver el problema, consideró que "trabajamos liderados por el presidente y con el objetivo de que el salario le gane a la inflación. No es un fenómeno sencillo de resolver y no hay soluciones mágicas”.
En esta línea, por último, repudió por completo la propuesta del espacio de Javier Milei y un sector del radicalismo para dolarizar la economía: “En Argentina es habitual que cuando hay problemas digan que tienen una solución mágica. Ya sabemos que esas cosas no funcionan, las experiencias previas no son buenas. Hay un montón de preguntas que quienes plantean esta propuesta no responden. Son espejitos de colores sin fundamentos”.
EL PROYECTO PRESENTADO PARA DOLARIZAR LA ECONOMÍA
El diputado nacional radical por San Luis, Alejandro Cacace, presentó un proyecto de ley para que el dólar sea la moneda de curso legal en el país como primer paso de un “cambio de paradigma económico”.
La iniciativa ingresa al Parlamento en momento de un intenso debate público sobre las decisiones que debe tomar la Argentina para combatir la inflación.
La propuesta de dolarización es esgrimida por sectores liberales y tiene al diputado por la Ciudad de Buenos Airees, Javier Milei, como su mayor impulsor.
El proyecto de Cacace consta de ocho artículos y propone que el tipo de cambio de conversión sea el cociente entre pasivos remunerados y no remunerados del Banco Central y las Reservas Internacionales.
Si bien las reservas internacionales subieron a U$S 43.000 millones tras el desembolso del FMI luego de la aprobación del acuerdo, analistas consideran que aquellas de “libre disponibilidad” que podrían utilizarse para la conversión están en saldo negativo.
El proyecto establece que el BCRA canjeará los pesos en circulación por su equivalente en dólares de acuerdo al tipo de cambio de conversión que surja de la relación propuesta.
“Todas las operaciones financieras, tales como depósitos bancarios, créditos, emisión de títulos valores y cualesquiera otras realizadas por medio del sistema financiero, así como los registros contables del sistema financiero, se expresarán en dólares de los Estados Unidos de América. Las operaciones o transacciones del Sistema Financiero que
se hayan realizado o pactado en Pesos con anterioridad a la vigencia de esta ley, se expresarán en dólares de los Estados Unidos de América al tipo de cambio establecido de acuerdo a lo dispuesto en esta ley”, señala el Artículo 5 de la iniciativa.
Asimismo, se le prohíbe al Banco Central ampliar la base monetaria.
Entre los fundamentos Cacace remarcó que “la historia muestra que nunca hemos sido capaces de controlar la inflación salvo en dos oportunidades: con la Caja de Conversión, luego de la crisis de 1890, y con la convertibilidad, un siglo después, ante la hiperinflación de finales de los 1980 y principios de los ‘90”.
En ese mismo sentido remarcó que “Argentina es un país bimonetario, lo que quiere decir que los argentinos confían en una sola moneda, el dólar americano, pero están obligados a usar el peso, lo que genera una dolarización de facto”.
Fuente: NA
Comentarios