Portada  |  06 septiembre 2018

Escándalo sexual en el ballet de Nueva York: "Deberíamos poner cocaína sobre las chicas y violarlas"

Alexandra Waterbury, una bailarina, modelo y estudiante universitaria de 19 años, se presentó el martes ante la Corte Suprema de Manhattan para denunciar a la New York City Ballet y su ex novio, de 28 años, Chase Finlay.

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Una denuncia contra el Ballet de Nueva York sacudió al mundo de la música clásica. En una declaración de 40 páginas que se entregó a la Justicia, una bailarina señaló que esa institución artística se convirtió en un “fraternidad” que permitía a los intérpretes masculinos abusar y atacar a las bailarinas con total impunidad.

Alexandra Waterbury, una bailarina, modelo y estudiante universitaria de 19 años, se presentó el martes ante la Corte Suprema de Manhattan para denunciar a la New York City Ballet y su ex novio, de 28 años, Chase Finlay.

Según el documento de la declaración de la chica al que tuvo acceso Daily Mail, Chase fotografió y grabó sus encuentros sexuales con Alexandra y compartió las imágenes con otros bailarines, empleados, donantes de ballet de Nueva York e incluso con un traficante sexual. Todo sin el consentimiento de ella.

La demanda citó a un importante socio del Ballet que no fue identificado. Según quedó registrado en el documento, el hombre envió un mensaje de texto a Chase: “Deberíamos obtener medio kilo de cocaína y ponerlo sobre las chicas y simplemente violarlas”.

“Apuesto a que podríamos atar a algunas de ellas y abusarlas como animales de granja”, agregó el hombre y el joven denunciado respondió: “O como las zorras que son”, según la denuncia de su ex novia.

Además, acusó a la compañía de fomentar un ambiente altamente sexualizado y de esconder el comportamiento ilegal, imprudente o degradante de los directores de sexo masculino hacia las mujeres.

Para el abogado de Alexandra “claramente, el Ballet de la Ciudad de Nueva York tenía un amplio conocimiento de este ambiente fuera de control, pero no hizo nada para detenerlo, mientras continuara vendiendo boletos”.

El documento entra en detalles gráficos sobre los intercambios de mensajes de texto de Chase Finlay con otros directores masculinos, en los que presuntamente acordaron intercambiar fotos y videos sexuales de sus novias y otras bailarinas.

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