En el marco de Argentina Fashion Week, el diseñador Jorge Rey sorprendió con un desfile que trasciende la moda y se convierte en una declaración artística.
“René”, como tituló el diseñador su obra en honor al nombre de su abuela, resignifica el pasado con una estética innovadora inspirada en la memoria, la herencia y el acto lúdico de explorar el placard de la abuela.
La cápsula incluyó maxi camisas de siluetas amplias, vestidos confeccionados a mano, detalles en crochet. También se destacaron las texturas, con la elección de plumas y cristales, organzas, tules y seda. La paleta de colores estuvo dominada por tonos empolvados, lavanda, marfil, rosas y rojos, en una combinación equilibrada entre lo delicado y lo vibrante.
Uno de los looks más impactantes fue un vestido extracorpóreo, voluminoso y estructural, inspirado en el acolchado de la abuela en clave maximalista.
La propuesta se enmarcó en un universo contemporáneo, donde el vestirse se convierte en un ejercicio de exploración personal y de transformación. La indumentaria actúa como un portal a la historia, rescatando la emocionalidad y la identidad a partir de fragmentos del pasado. No se trata solo de una evocación melancólica, sino de una invitación a la libertad. Como expresó el diseñador: "La libertad de ser lo que soñamos".
Los cubos espejados: una declaración de intención
Más allá de lo visualmente disruptivo, esta elección estética contiene un mensaje profundo.
Los cubos representaron lo desconocido, lo indefinible y la libertad de no encasillarse en una sola imagen.
Al ocultar los rostros de quienes los llevaban, se abrieron las puertas a la libre imaginación de ver a través del espejo los ecos del pasado.
El espejo, además, funcionó como una decisión metafórica: al reflejar a los espectadores, los invitaba a verse a sí mismos en esta historia universal de recuerdos, sensibilidad y emociones compartidas.
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