Portada  |  09 julio 2025

"Maldita": una historia de deseo y rebeldía en un entorno rural

Una obra que explora el deseo femenino frente a las exigencias sociales, impuestas por una estructura que deja afuera a quienes no se adaptan. Domingos a las 16 en el Teatro Picadero (Pje. Enrique Santos Discépolo 1857, CABA).

Espectáculos

El entorno rural está presentado de forma sobria, entre las paredes toscas de un rancho, en algún momento de principios del siglo XX.

De alguna manera, aunque con sus particularidades, la joven Matilde, oriunda de la Pampa gringa, parece hermanarse con Yerma y Nora, las inolvidables figuras creadas por Lorca e Ibsen.

El matrimonio de Matilde y Avelino surge de un acuerdo entre dos hombres de edad similar: el padre de la joven y su futuro esposo, un chacarero que ya tuvo esposas pero no logró descendencia. Ahora, una vez más, busca tener ese hijo varón que herede su apellido y continúe el trabajo en el campo.

La dramaturga y directora santafesina Sandra Franzen es quien firma esta obra, sumando un título más a su trayectoria que incluye piezas como El corazón del incauto (junto a Patricia Suárez), Gira trunca y Un susurro de alas (ganadora del concurso Roberto Arlt de la UNA y protagonizada por Osvaldo Laport en 2019), donde también explora la dinámica entre dos jóvenes y un patrón mayor.

El conflicto aparece desde el inicio: tras tres años de casados, el embarazo no llega. ¿Quién es la responsable? Para el marido, la culpa recae en la mujer, y ella deberá enfrentar las consecuencias. Si no logra ser madre, Avelino amenaza con enviarla a un convento. Ante esto, Matilde recurre a la única alternativa que encuentra: Florencio Braida, un joven criollo conocido en la zona por su fama de “toro”, reputación que le adjudica la curandera del pueblo por haber dejado embarazadas a varias mujeres.

A diferencia de Yerma, Matilde no anhela la maternidad, pero “debe” tener un hijo para satisfacer el deseo irrenunciable de su esposo. Así, pone en marcha un plan que la lleva a mirarse a sí misma por primera vez. Cuando Braida también intenta imponerle su deseo, ella le dice: “¡Todos se creen mis dueños! Hasta el crío se cree mi dueño. Me tiene retenida en este lugar que me sofoca cada vez más. Hace días que una puntada me oprime el corazón y me invade una tristeza que me hace doler todo el cuerpo. En el convento hubiese sido más libre”.

Al final, ambos hombres, aunque parezcan enfrentados, comparten una misma limitación que no logran superar.

El único ser con quien Matilde siente verdadera cercanía es Galguito, un perro que tiene techo, comida y alguna caricia, pero que termina atado y, luego, amenazado de muerte por matar gallinas del patrón. Para Matilde, la actitud de Galguito es similar a la suya: responde al “instinto por la vida”. 

La dirección está a cargo de Indio Romero (conocido por trabajos como ART, El amateur, Casi normales y El hombre inesperado), acompañado por el director asociado Sebastián Vigo.

La música elegida por el director es romántica, destacándose el “Preludio en Mi menor Op.28 N°4” de Frédéric Chopin, que resalta el tono melodramático, pero se combina con la atonalidad de Arnold Schoenberg.

Las actuaciones de los tres protagonistas son notables: Antonia Bengoechea interpreta a Matilde, Félix Santamaría encarna a Braida (ambos participaron en la película Argentina 1985) y, especialmente, el regreso a escena de Vando Villamil como Avelino.

Finalmente, surge un interrogante: ¿el público de hoy está dispuesto a aceptar el melodrama de época? 

Se puede ver los domingos a las 16 en el Teatro Picadero (Pje. Enrique Santos Discépolo 1857, CABA). Entradas por Plateanet.

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