Karina, José María Muscari y Christian Sancho tienen una experiencia vital en común. Los tres tuvieron una infancia atravesada por el dolor: sufrieron el acoso de sus compañeros y vecinos. Distintas situaciones en sus primeros años los pusieron en una situación límite: la de enfrentar el bullying. Lograron sobreponerse y triunfaron en sus vidas. Con un presente que los encuentra lejos de esa tristeza, recuerdan aquellos años.
"Cuando tuve ganas de querer morirme, dije 'lo voy a hablar"
Karina, la Princesa. Dejó de ser "La Princesita" tras más de 20 años de carrera como cantante y compositora. En una gran etapa laboral y personal, la artista recuerda cómo sufrió durante años el maltrato de parte de sus compañeras de escuela.
"Siempre fui muy introvertida pero a los 12 años la empecé a pasar mal", cuenta en una entrevista con Agustina Casanova en Telefe Noticias.
"Cuando tuve ganas de querer morirme, dije 'lo voy a hablar", reconoce Karina. "Llegás a dudar de si sos valiosa o no", resume.
"Amaba a mi papá pero lo odiaba"
José María Muscari es actor, director teatral y dramaturgo. Su personalidad histriónica y avasallante coincide con el Muscari adulto. El niño no era así.
El pequeño José María fue de un verdulero y una ama de casa que apoyaron su deseo de estudiar teatro desde los 8 años. Su padre parecía su "abuelo".
"Esa parte (de la infancia) fue dura. Recuerdo con mucha angustia que mi papá me viniera a buscar a la escuela", comenta Muscari. Sus compañeros y vecinos de barrio eran implacables: lo burlaban por la apariencia de su padre, con sobrepeso, problemas de movilidad y aspecto de "Papá Noel".
"Era una sensación de vergüenza por lo que me hacían mis compañeros", explica. "Yo amaba a mi papá pero lo odiaba por lo que generaba", admite.
"Todos los días era un examen, una prueba"
Un accidente cuando era muy chico dejó en Christian Sancho secuelas motrices y "una tartamudez que daba mucha vergüenza". Durante años, recibió tratamiento médico para sobrellevar el efecto de una hemiplejia transitoria y los problemas en el habla.
De parte de sus compañeros recibió nada más que bullying. "Aparecía la burla, el llevarte a lugares de mucha tristeza y soledad", rememora. "Para fines de quinto grado, tenía una conciencia y un trabajo que me ayudaba a salir adelante", sigue el modelo y actor. Para él, evitar tartamudear era todos los días "un examen, una prueba".
Con la experiencia en el pasado, Sancho considera que "la vida (me) enseñó a aprender cuáles eran mis dificultades y para qué habían venido". "No era un 'por qué' a mí sino 'para qué", explica. Está convencido de que su carrera tiene que ver con esos años: mostrarse y hablar sobre el escenario es, para él, la prueba de haber dejado atrás tanto dolor.
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