Portada  |  08 septiembre 2023

Alquileres sin hijos: el drama de los que no encuentran dónde vivir por tener chicos

A las complicaciones que tienen los inquilinos para conseguir vivienda se le suman los rechazos de los dueños que no quieren que haya niños en los departamentos.

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Contar con garantías y seguros de caución, abonar precios exorbitantes, presentar recibos de sueldo y tener suerte, mucha suerte. Todo eso necesitan quienes buscan una propiedad para alquilar en el contexto actual.  Y, si además tienen hijos chicos, la misión se vuelve una quimera.

Es que la gran mayoría de los propietarios pone como requisito para aceptar a un inquilino que no tenga chicos. Cecilia puede dar fe de eso. Hace meses que busca desesperadamente una casa para vivir con sus dos hijas y su nieta. Tiene recibo de sueldo, garante y todo lo que le exigen. Salvo eso: no tener chicos.

“Estoy muy angustiada. ¿Qué pretenden? ¿que dé a mis hijos en adopción?”, se pregunta quebrada por el dolor en el living de la casa de una amiga que la aloja mientras trata infructuosamente de alquilar un departamento.

Lo mismo les pasa a Verónica y a Adrián. Ellos son de Mar del Plata, pero hace unos meses tuvieron que mudarse a Capital con sus tres hijos por un tratamiento de salud que debe hacer Verónica.

Después de mucho buscar lo único que consiguieron es un monoambiente en Belgrano, donde viven hacinados. Hace unos días creyeron que el calvario llegaría a su fin. Estaban a punto de firmar un contrato de alquiler de una casa más cómoda, cuando la dueña les preguntó si tenían hijos.

Apenas oyó la respuesta, la propietaria cambió la cara y les dijo que no les podía alquilar porque no quiere chicos en su casa. No dio demasiadas razones. Pero no hubo caso.

Eduardo expresa la otra cara de la moneda. Dueño de un departamento en Barrio Norte, admite que una de las condiciones que exige a sus inquilinos es que no tengan chicos. “Por un lado porque te rompen toda la casa. Y por otro porque si no te pagan y tenés que desalojarlos te lleva años que un juez lo permita si hay chicos de por medio”, explica.

Razones hay de los dos lados. El problema tiene muchas aristas y miradas. Pero en el medio está el eslabón más débil de la cadena. Miles de familias que no consiguen lo más básico: un techo donde vivir.

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