Que las estafas virtuales no paran de crecer ya es sabido. Lo que pocos saben es que para cometerlas sus autores apelan a otro delito que cada vez afecta a más personas: el robo de identidad.
Es lo que le pasó hace un año a Germán Segovia, cuando quiso vender un televisor en Marketplace.
Un hombre que se identificó como Luca Cerbia se mostró interesado a comprarlo, pero, antes de hacerle la transferencia de dinero, le pidió que le mandara una foto suya con el DNI en la mano.
La excusa fue verificar su identidad y, como contraparte, él ofreció enviarle una foto suya exhibiendo su DNI.
Pero la transferencia nunca la hizo. La compra tampoco. Lo que sí hizo fue empezar a usar la foto en la que Germán posa con su documento para hacerse pasar por él y cometer todo tipo de estafas.
Desde entonces, Germán recibe casi a diario mensajes acusándolo de estafador, amenazas de muerte, escraches en las redes sociales y hasta ha habido gente que lo fue a buscar a su casa.
“Vivo con miedo por mí y por mi familia. Me han llegado a decir que saben a qué colegio van mis hijos. Es una pesadilla esto”, cuenta mientras muestra todos los perfiles falsos con su nombre y sus fotos que hay en Facebook.
Y no sólo eso. También hay numerosas ventas de productos en Marketplace a su nombre y con su foto. Todos señuelos para cometer estafas que los damnificados le atribuirán a él.
Desesperado, Germán empezó a buscar perfiles con el nombre de Luca Cerbia hasta que descubrió que el de la foto con que se presentó el estafador era, en realidad, alguien al que le habían hecho lo mismo que a él y que sufre el mismo calvario.
Los dos fueron víctimas de la banda de estafadores. Como también Melina. Ella puso en venta un televisor y alguien que se hizo pasar por Germán la contactó para comprarlo.
Mandó a un remisero a buscar el televisor y ella se lo envió, sin saber que el comprobante de transferencia que él le había mandado era falso.
Cuando se dio cuenta ya era tarde. Furiosa, escrachó a Germán en las redes sociales hasta que logró contactarlo y descubrió la verdad: que los dos había sido víctimas del mismo estafador.
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