Todos sabemos que en Marzo del 2020 el mundo se paró, hubo sectores que fueron reactivándose antes que otros, pero uno de los últimos rubros en volver al ruedo fue el de los eventos, las fiestas.
Miles de personas tenían programada su fiesta, su festejo, pero el covid hizo que haya que reprogramarla, en varios casos hasta más de una vez. Un proceso acompañado de incertidumbre, en el que una industria se especializó en planificar a ciegas en un futuro cercano que nadie sabía cómo iba a ser.
Durante el 2021 la situación empezó a ser más favorable, y todos los eventos que habían quedado en pausa amenazados por el suspenso de la pandemia, pudieron encontrar un hueco en el nuevo calendario. Pero el asunto no termina ahí, nuevo año, nuevas parejas, nuevos festejos, y muchos meses de encierro hicieron que las ganas de festejar sean más altas. Entonces, hubo que empezar a reubicar los eventos pausados y organizar y acomodar los eventos nuevos.
Y así es como empezó a darse este colapso, salones completos, fechas deseadas ya ocupadas, diseñadores sin disponibilidad, servicios de catering cubiertos. Colapso que hizo que casamientos modifiquen su fecha más de dos veces, o que incluso se suspendan, quinceañeras que festejaron teniendo dieciséis o diecisiete, fiestas de quince que mutaron a fiestas de 40 o 50 de padres, grandes festejos en días que hasta hace no mucho eran poco comunes, como los jueves o domingos.
Hablamos con Federico de Jano’s eventos que nos explica cómo vive esta situación una empresa con treinta salones para eventos, con Silvina y Nacho, diseñadores y dueños de Pupé Teté que hablan cómo su rubro se maneja en esta nueva situación, y fuimos el mismo domingo a una fiesta de quince y a una de setenta para ver cómo se logra festejar finalmente, en medio del caos.
Comentarios