Adriana y Andrea son madre e hija. Y las dos están presas del mismo calvario. Un calvario que tiene nombre: Antonio, un hombre golpeador, marido de una y padre de la otra.
Pero nadie controla que él cumpla con la "perimetral" que le impuso la Justicia. Incluso hace poco intentó ingresar a la casa familiar forzando una puerta.
Como pudo, Andrea sacó a su madre, que se moviliza en silla de ruedas, y se la llevó a su casa. Pero el terror sigue. No salen casi a la calle. El miedo a que Antonio las mate las persigue a cada instante. Por eso imploran ayuda. Y de manera urgente.
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