Ellos son los Laise, una familia que vive en el Delta.
Un espacio que les transmite tranquilidad, otra forma de vida, pero también los desafía a organizarse en familia para ir y venir de la isla con la lancha, para cuidar de la huerta o plantas, limpiar cuando hay inundaciones, cooperar entre sí cuando no hay luz, entre otras cuestiones.
No olvidan todo lo positivo que tienen gracias a vivir en el Delta. Juan, por ejemplo, de chico remaba con el padre, no muy lejos de su casa, fue cultivando el gusto por el canotaje y luego de un tiempo fue seleccionado junto a otros jóvenes y deportistas para representar a la Argentina en un mundial de canotaje. Valoran la paz, los silencios, la naturaleza que los rodea, el espacio en sí.
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