Eial se describe a sí mismo como descontracturado, pero a la vez comprometido con su día a día: “Eial es una persona que da todo lo que puede”, señala.
Su historia experimentó un giro rotundo. En pocos años, su padre Roberto Moldavsky pasó a ser uno de los humoristas más importantes del país. Lo acompañó paso a paso, en muestras de stand up, en cumpleaños donde comenzaba a presentarse, en pequeños bares. Desde los primeros momentos notaba el ingrediente cómico y distintivo de su padre, veía cómo se agrandaba el público, y sabía que Roberto llegaría lejos. Era solo cuestión de tiempo.
Su intuición de los 20 años no lo engañaba. Gerardo Rozín conoció el trabajo de su padre, y lo contectó con Gustavo Yankelevich, quien impulsó el éxito de su carrera. En un pequeño margen temporal la cotidianeidad familiar cambió completamente. Padre e hijo comenzaron a trabajar juntos para cada show, pensando ideas, preparando guiones en conjunto, y compartiendo risas en escenarios del mundo. Una realidad impensada, sumamente gratificante.
A pesar de los cambios, Eial nunca descartó su conexión con la filosofía. Actualmente desarrolla videos en redes sociales, llamados “filosofía en un minuto”, en donde explica un concepto filosófico en términos llanos, con condimentos de humor.
Recuerda las experiencias vividas, las giras y risas de diversos públicos, y se siente agradecido. Principalmente, por haber aprendido -con el ejemplo de su padre- que nunca es tarde para apostar por los proyectos más anhelados. Que la generosidad es el principal elemento del éxito, y que lo impensado sucede.
Agradecimientos:
Jardín Japonés- @vivero.jardinjapones
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