Hoy Rocío se dedica al acompañamiento musical de artistas y también compone su propia música. Se enfoca en el género balada pop, pero sin ningún tipo de presión autoimpuesta. Decide seguir sus propios tiempos, su propia intuición. En su actividad actual, no olvida los innumerables recuerdos familiares, un pasado inmerso en melodías, letras de canciones, camarines y giras.
Rocío nació en el seno de una familia artista. El éxito pimpinela ya existía, su madre y su tío crecían en la industria de la música, recorrían el mundo, creaban y componían. A los ojos de una niña, era difícil comprender por qué su madre viajaba tanto, por qué subía al escenario, por qué actuaba y llegaba a aparentar que se desvanecía al término de una determinada canción. Eran muchos los cuestionamientos y dudas, pero acaso el tiempo fue contestando pregunta por pregunta, y la fama pasó a ser parte de una cotidianeidad, de la “normalidad”.
Y Rocío comenzó a ser una grata compañía en giras y premios, fue parte del público más fiel. Pero a la vez, ocultó en cierta forma el éxito de su madre en sus espacios sociales, así como también en la escuela. No quería perder su propio nombre y personalidad, no quería que nadie se acerque a ella por ser “hija de”, y aprendió a distinguir entre las relaciones interesadas y las fidedignas.
Su relato continúa. Recuerda percibir la relación entre los hermanos Galán como una pasional, de peleas y reconciliaciones, pero a la vez de una presencia permanente. Y agradece la incondicionalidad familiar con la que ha crecido, la cual se ve reflejada en una de las canciones de los Pimpinela en el teatro, llamada “familia”. En ese número, varios familiares se han subido al escenario, entre ellos Rocío.
Esas no han sido las únicas ocasiones en las que se ha subido a un escenario. Hace pocos meses decidió sorprender a su madre en el programa La Voz en Perú, en el cual Lucía y Joaquín trabajaban como jurados. Simuló ser una participante del concurso, y su propia madre la reconoció antes de dar vuelta su silla.
Rocío vivió, como éste, inmensos momentos de emoción. Tanto en el ámbito del arte como también en términos de generosidad. Ha trabajado en el Hogar Pimpinela Para la Niñez, institución creada por su madre y tío, enfocada en el cuidado y cobijo de niños en situación de vulnerabilidad. El trabajo que se ha desarrollado en dicho hogar ha sido de años, con un esfuerzo y empuje ejemplares. Rocío aprendió de esa entrega, y decidió dedicar su tiempo en proyectos con y para chicos.
Agradece por su historia. Agradece haber aprendido de la entrega de una madre dedicada, del esfuerzo de una familia generosa, del trabajo de dos hermanos de éxito. Sin dudarlo, no pediría nacer en otro contexto o familia. Viviría su realidad, sus aprendizajes y la música, una y mil veces.
Agradecimientos:
Jardín Japonés - @vivero.jardinjapones
Comentarios