Cuando era chico, Andrés había tenido una relación mágica con su abuela Sofía, pero el tiempo, las peleas familiares y las ocupaciones cotidianas los habían alejado.
Volvió a acercarse cuando ya era adulto y su papá le aviso que ella tenía un principio de Alzheimer y que estaba muriendo así.
Su abuela perdió la memoria y había dejado de reconocerlo: él encontró la forma de volver a conectar con ella, empezó a tocar música que ella conocía y de a poco empezó a conectar.
Se le ocurrió empezar a grabar todo lo que hacían con la abuela Sofía y así pasaron 3 años jugando a qué hacían un programa de televisión.
Sofia tenía 95 años, el último tiempo Sofía estuvo en un hogar de adultos mayores, Andrés seguía acompañándola y la visitaba todos los días para tocar el acordeón, aunque Sofía ya no podía responder.
Las familias y los acompañantes del hogar le decían cuando vos tocas algo pasa, todos se conectan. Sofia finalmente murió.
Andrés que había acompañado los últimos años de su abuela quedó vacío, sin fuerza, sin ganas. Pasó un año de la muerte de aquel momento triste y decidió volver al hogar para hacer lo que hacía con su abuela, ayudar a otros a qué se conecten.
En ese camino de ayudar a otros se dio cuenta que tenía mucho material de su abuela y que podría convertirla en la protagonista de una serie televisiva. Y así fue. La abuela Sofía es una serie documental que todos podemos ver en YouTube y que a Andrés lo llena de orgullo y de emoción.
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