La inflación obliga a muchos a tener que recortar sus gastos. Y a veces hasta en rubros muy sensibles. Por el gran aumento en las cuotas de la educación privada, cada vez son más los padres que se ven en la dolorosa necesidad de cambiar a sus hijos de colegio.
Nina es una de ellas. Por cuestiones religiosas siempre mandó a su hijo de 8 años a una escuela privada. Pero el último aumento que recibió hace un mes fue letal para sus deseos. "Se me fue a 25 mil pesos la cuota. Imposible para mis ingresos, así que para el año que viene lo anoté en una escuela pública", cuenta.
El cambio también es un trastorno para su hijo, que ya tenía su grupo de amigos en el colegio. "Fue muy difícil tener que decírselo, pero no me quedó otra", asegura.
En el caso de Natalia había anotado a su hijo de 2 años para que empezara en el mismo jardín privado al que va su hija mayor. Pero entre el aumento de la matrícula y el de la cuota tuvo que tomar una decisión tan triste como inevitable: cancelar la inscripción y pasarlo a un jardín público.
"No tengo nada contra la educación pública, incluso me dijeron que el jardín al que va a ir es muy bueno, pero quería que fuera al mismo que va mi hija mayor. El problema es que con el último aumento se nos hace imposible", se lamenta.
El mismo lamento de María, quien tiene 6 hijos. En el último año la matrícula del colegio de Villa Lugano le aumentó de 20 mil a 80 mil pesos. Tendría que pagar casi medio millón de pesos. Si no le dan una beca no le va a quedar otra alternativa que cambiarlos a otro. Y lo resume con una frase: "Es pagar el colegio o comer".
Comentarios