Y un 30 de octubre de 1960, cuando Doña Tota ingresó al Hospital Evita de Lanús, Nilda Toledo Guma estaba de guardia en el servicio de obstetricia. ¿Qué iba a saber yo, adivinar yo entre tantos chiquitos que esperaban de la vida, que estaba él?, recuerda con dulzura la artista a sus 93 años mientras acaricia las arrugas entre sus dedos, como si fueran las pinceladas de una obra de arte.
Ese día, sus manos trajeron a Diego Armando Maradona a nuestra patria.
El arte, el fútbol, la magia, el milagro.
Y un 30 de octubre de 1960, por las manos de Nilda pasó la historia
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