La crisis económica, los constantes saltos del dólar, la inflación descontrolada y sin techo, el derrumbe de los salarios... Un golpe tras otro llevaron a un deterioro de la clase media que se hace más evidente con la tragedia de los alquileres. Tan grave es la situación, que a los jóvenes les cuesta cada vez más poder irse de casa y muchos deben postergar el sueño de la independencia y resignarse seguir compartiendo casa con sus padres.
Sin acceso al crédito y con muy pocas posibilidades de ahorrar, el mercado inmobiliario se volvió simplemente inaccesible para esta generación. Comprar una casa ni siquiera aparece entre las opciones de la gran mayoría de los jóvenes que están dando sus primeros pasos en el mundo laboral pero tampoco lo es para aquellos que ya llevan más de una década trabajando intensamente.
Con los alquileres comienza a suceder lo mismo, irse a vivir solos se volvió tan caro que muchos debieron regresar a casa de sus padres y los que soñaban con dar el salto no pueden alcanzarlo. A pesar de tener trabajo, no logran costear el alquiler de una vivienda porque los precios son iguales o superiores al total de sus salarios.
Los departamentos de dos ambientes registraron un aumento del 166,7% interanual. Hoy en CABA, el valor promedio de un dos ambientes es de $198.873 mensuales, según Zonaprop. A su vez bajó muchísimo la oferta por lo que aún aquellos que cuentan con el dinero para pagar un alto alquiler tienen muchos problemas para conseguir algo disponible y el problema vuelve a ser el mismo: no hay lugar dónde vivir y toca quedarse en casa de los padres.
Eduardo tiene 27 años, trabaja en el Centro Cultural Recoleta pero no le alcanza para mudarse y vive con sus padres. Juan, de 21, trabaja en un kiosco por las noches y tampoco puede pensar en una vida fuera del hogar familiar. Carolina, de 24, tiene un hijo de 2 años y necesita imperiosamente encontrar su espacio para poder criar a su hijo con su novio, pero el contexto actual le dice una y otra vez que no puede hacerlo.
"Hace 1 año que estamos buscando y la verdad que se me complica", admite Carolina. "Te piden demasiadas condiciones, mes de deposito, adelanto, seguro o incluso alquileres en dólares", describe Eduardo. "Uno tiene el sueño pero la realidad te tira abajo y yo sé que a mucha gente le pasa lo mismo", dice Juan con resignación.
Buscar por redes, por inmobiliarias, conocidos pero lo único que aparece es impagable y de nuevo vuelven al punto de inicio. "La casa de mamá y papá es la única alternativa. Si no fuera por ellos estaría en la calle", concluye Eduardo.
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