Triste. Muy triste. Así fue este 1 de mayo para Fernanda. Es que desde la semana pasada está desocupada. Por reducción de gastos, la echaron de la empresa de servicios de higiene y limpieza donde trabajaba.
Con 46 años y tres hijos que mantener, el futuro es pura incertidumbre para ella. "Lo que más me angustia es no saber si voy a conseguir otro trabajo para darles un plato de comida a mis hijos", cuenta.
Junto con ella otras siete empleadas fueron despedidas. Todas con el mismo argumento: ante la significativa baja en la cantidad de clientes, la empresa decidió desprenderse de parte de su personal.
Esta mañana, su hija, de 7 años, la despertó con un "Feliz Día del Trabajador, mamá". Ella le respondió: "Gracias, hija", pero, con todo el dolor del alma, agregó: "Hoy no tengo nada que festejar".
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