Ianina Zarazzi creció entre cubiertas, herramientas, motores y mucho olor a nafta. El taller mecánico de su papá la sedujo desde pequeña y para ella fue natural pasarse horas allí conociendo de cerca el mundo de los autos. A los 14 se subió por primera vez a un karting, sintió la velocidad y supo de inmediato qué era lo que quería para su vida. Así empezaba el sueño de la primera piloto argentina en consagrarse campeona en un ambiente exclusivo de los hombres.
Aquel amor por la velocidad nació en el taller y se potenció con la obsesión por su karting: "Yo lo sacaba a la vereda y lo limpiaba 20 veces, lo volvía a repasar y me encantaba sentir el olor a nafta, a neumáticos, fue un gran amor, lo disfrutaba muchísimo".
Un año después cuando llegó el icónico cumpleaños 15 ella marcó de inmediato sus prioridades: no habría fiesta, todo el dinero sería destinado a mejorar el karting con el que ella ya competía. "Cuando veía lo que se iba a gastar en la fiesta, les dije a mis padres que quería usar la plata para un karting nuevo, quería cumplir mi sueño, ser campeona, ganar un campeonato".
En 1999, en Río Cuarto, tuvo su primera alegría: su primer triunfo en una carrera. Era en la categoría Súper Renault y, con 17 años, se coronó como la primera mujer en ganar una carrera a nivel nacional: "Con los años empezás a tomar magnitud de lo que lográs. Fue histórico, era la primera vez que una mujer ganaba a nivel nacional, yo tenía 17 años, hacía apenas 3 que había empezado a competir".
El sueño costó mucho, pero tras varios años de esfuerzo y aprendizaje se hizo realidad: "2018 fue un año muy movilizante porque logré ganar el campeonato a pesar de todos los miedos. Tenía el sueño que perseguir y cuando uno pone todo se terminan cumpliendo los sueños".
Todavía queda mucho por lo que seguir peleando, pero ella lo vive desde otro lugar: "Aprendí a disfrutar del proceso. Hoy a esa chica que empezaba le diría eso, que disfrute del proceso".
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