Portada  |  10 mayo 2022

Soterramiento del tren Sarmiento: una obra paralizada y deteriorada - Parte 2

Telefe Noticias te muestra un hallazgo que indigna: la tuneladora de 40 millones de euros está abandonada y cubierta de óxido en un taller ferroviario de Villa Luro.

Informes Especiales

En esta segunda entrega sobre la tantas veces anunciada y nunca concretada obra del soterramiento del tren Sarmiento, Telefe Noticias te muestra otro hallazgo que indigna: la tuneladora por la que el Estado nacional gastó 40 millones de euros está abandonada y cubierta de óxido en un taller ferroviario de Villa Luro.

Sí, la inmensa máquina importada de Alemania permanece a la intemperie, rodeada de agua y con claros signos de descomposición, en el mismo taller ferroviario de Villa Luro donde quedó cuando la obra se paralizó por falta de fondos, en enero de 2019.

La pregunta que surge es si estará en condiciones de funcionar en caso de que algún día se decida continuar con la obra que viene siendo prometida desde hace 16 años por gobiernos de distinto signo político.

A la luz de lo que se observa no parece haber intenciones de reiniciar los trabajos. De hecho, el gran obrador de Haedo también permanece abandonado y hasta se está por utilizar para instalar una delegación de la Policía Federal con el fin de reforzar la seguridad en Morón.

Las máquinas y cientos de dovelas -piezas de hormigón que recubren las paredes interiores del túnel- que se usaban en la construcción están desperdigadas por el predio de 11 hectáreas, según comprobó Telefe Noticias.

“Esto era un sueño en su momento y verlo así es como una pesadilla”, describe Antonio, quien trabajaba en el mantenimiento de la tuneladora y ahora sobrevive a duras penas como cartonero.

Si bien el principal obrador es el de Haedo, también se habían montado otros sobre la avenida Rivadavia, frente a cada una de las estaciones. Y a tres años de que se hayan detenido las obras siguen ahí, lo que provoca grandes congestionamientos de tránsito -ocupan dos carriles-, que los arrebatadores tengan un lugar ideal para esconderse y que las ventas de los comerciantes hayan bajado estrepitosamente.

“Acá hay por lo menos seis comercios que cerraron, porque ya no pasa la gente y hasta las paradas de colectivo dejaron de funcionar”, se queja Gustavo, dueño de una perfumería en Rivadavia al 8700, donde hace seis años se erigió un obrador para construir la estación subterránea de Floresta.

Y cuando los vecinos se quejan ante el Gobierno de la Ciudad la respuesta que reciben es que es una obra de Nación. Cuando se quejan en Nación les dicen que está en territorio de la Ciudad. Así nadie se hace responsable y no les queda otra opción que soportar el obrador en sus narices.

Con el agravante de que ya no es más el precio que deben pagar por la gran obra del soterramiento. Ahora, es el precio que deben pagar por la gran obra de la desidia.

 

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