Por Guillermo Panizza
En el barrio de Vicente López, sobre la calle Malaver al 1700, hay una fila de gente que espera desde temprano para poder ingresar. Ellos están en situación de calle y allí, en el Centro de Integración Social Cura Brochero donde viven 20 personas, se abren las puertas.
Adentro están las duchas donde pueden bañarse, coordinadas a pulmón y a base de donaciones por quienes viven allí, que son personas que han estado en la calle y hoy tienen un techo. Pero también hay un dispositivo de contención integral, de escucha y de acción social frente a la problemática trabaja concretamente desde los años 90.
El Centro de Integración Social Cura Brochero es un espacio de encuentro de personas haciendo con otros y por otros, ese valor casi en vías de extinción, soltar lo individual y actuar dándole lugar al otro. Ese momento sagrado para quien no lo tiene a diario, es una excusa para abrir la puerta a quienes lo necesiten para construir una vida más digna porque la calle no debe ser un lugar para vivir.
Para colaborar con el Centro de Integración Social Cura Brochero contactarse a Instagram.com/caminoajerico
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